La Cámara de Diputados aprobó con amplia mayoría el proyecto que propone modificar el huso horario oficial de la Argentina, retrasando una hora los relojes en todo el territorio nacional.
La medida, que ahora deberá ser tratada en el Senado, busca favorecer el ahorro energético y mejorar la distribución de la luz natural durante el día.
Actualmente, en gran parte del país el sol sale cerca de las 7:00 y se oculta a las 18:52. De aprobarse definitivamente la norma, los amaneceres se adelantarán a las 6:00 y los atardeceres quedarán alrededor de las 17:52.
La iniciativa tuvo más de dos tercios de votos positivos en la Cámara baja y contó con apoyo transversal de distintos bloques, mientras que el oficialismo votó en contra.
Efectos biológicos
Con este cambio en puertas de concretarse varios expertos señalaron los beneficios de modificar el horario actual como el uso más eficiente de la energía. Pero además, explicaron las consecuencias negativas de conservarlo para la salud, el rendimiento físico y el estado de ánimo.
Para tener un correcto funcionamiento, el reloj biológico debe sincronizarse con la luz. Así ocurre que la luz del crepúsculo y del atardecer adelantan y retrasan, respectivamente, la hora endógena. Sin embargo, en términos prácticos el principal estímulo sincronizador es la luz de la mañana, que además tiene efectos positivos en el alerta y el estado de ánimo.
“Desde el punto de vista cronobiológico los efectos de alinearnos con el huso horario que nos corresponde serían muy positivos, es más, no veo desventajas. Los argentinos tenemos la costumbre de cenar muy tarde, a su vez los chicos entran muy temprano al colegio”, dijo a La Voz María Ana Contín doctora en Ciencias Químicas, Investigadora del CONICET y docente de la UNC.
La especialista explicó que biológicamente estamos adaptados a una alternancia entre el día y la noche y que además tenemos ritmos circadianos que nos ponen en funciones según las distintas estaciones del año.
“En invierno, si bien nos adaptamos a que amanece más tarde, el hecho de que estemos en un huso horario que no nos corresponde, hace que para nosotros sea demasiado tarde. Nuestra fisiología nos despierta antes sin que amanezca y eso, sobre todo para los adolescentes, es bastante perjudicial”, advirtió.
Los adolescentes entre 10 y 17 años se encuentran en pleno desarrollo de la corteza prefrontal, por lo que necesitan más horas de descanso. Contini asegura que levantarlos antes de las 9 de la mañana tiene un serio impacto en su rendimiento académico, que tiende a disminuir considerablemente.
Dos husos horarios
Pero incluso volviendo al UTC-4, la zona cordillerana seguiría desfasada, por lo que la investigadora sostiene que, sin considerar consecuencias económicas y desde un punto de vista puramente científico, lo ideal sería que el país tuviese dos husos horarios.
“También sería importante que se hagan cambios de horario como se solía hacer hasta 2009. Si en verano no cambiamos nuevamente el horario vamos a quedar muy desfasados. Al comienzo del otoño y al comienzo de la primavera son los momentos en que deberían hacerse los adelantos y atrasos de hora”, afirmó.
Y agregó: “Una hora no es una modificación significativa para nuestro reloj interno. En una semana, como mucho, ya estás adaptado. Un cambio mayor a cuatro horas si podría considerarse un período notable”.