Un gato montés fue capturado y luego liberado en una zona segura gracias a la intervención de vecinos y la colaboración de la Fundación Guardafaunas Honorarios de Río Negro. El felino, que generaba preocupación en un sector de chacras ubicado entre General Roca y Cervantes, había atacado a varias aves de corral durante los últimos días.
La situación comenzó a generar alarma entre las familias rurales cuando aparecieron animales muertos dentro de los corrales. “Ayer lo atrapamos después de encontrar varios cadáveres de palomas, gallinas, pavo, etc.”, relató Susana, una de las vecinas afectadas.
A pesar de las pérdidas, los vecinos optaron por buscar una solución que no pusiera en riesgo al animal. En lugar de matarlo, decidieron comunicarse con Defensa Civil, desde donde los contactaron con los guardafaunas honorarios.
El hallazgo del gato montés ocurrió el jueves por la tarde: “La verdad fue fácil encerrarlo, no tenía vía de escape”, explicó Susana, quien señaló que actuaron con cuidado siguiendo las recomendaciones brindadas por los guardafaunas.
“Tomamos recaudos porque nos habían asesorado de los peligros que corríamos por ser un animal silvestre. Por suerte no costó”, contó.
Como no contaban con una jaula adecuada para contener al felino, improvisaron un canil con lo que tenían a mano.
El ejemplar fue liberado en una zona de bardas, alejada de los sectores productivos y habitados, donde podrá continuar su vida en un ambiente acorde a su especie.
La intervención de la comunidad fue destacada por su responsabilidad y compromiso con la fauna silvestre. Este tipo de acciones ayudan a preservar especies protegidas como el gato montés, que si bien puede causar inconvenientes en entornos rurales, forma parte del equilibrio natural del ecosistema.
Gato montes: Leopardus geoffroyi
Esta especie se distribuye en el sudeste de Bolivia, el oeste y sur del Paraguay, el extremo sur de Brasil, todo el Uruguay y casi todo el territorio continental de la Argentina hasta el sur de la Patagonia argentina.
Habita en numerosos ecosistemas, como estepas de los Andes australes, las Pampas, las estepas patagónicas y el Gran Chaco. Habita lugares prístinos y con presencia humana, aunque tiende a preferir áreas con cobertura arbórea.
Tiene manchas negras en todo el cuerpo, pero el color de fondo, generalmente castaño, varía de región en región: en el norte, lo común es un pardo amarillento; más al sur, el manto es grisáceo. El melanismo es algo común tanto en estado salvaje como en cautiverio. Mide cerca de 60 cm de largo más 35 cm de cola, y 30 cm de alzada. Su peso es habitualmente de entre 4 y 5 kg, aunque puede llegar a los 8 kg.
Se alimenta principalmente de roedores, pequeños lagartos e insectos, y ocasionalmente ranas y peces; es el súper-predador de la cadena alimentaria. Aunque la especie parezca sufrir, algunos conservacionistas se preocupan del exceso de caza por su piel.
La hembra preñada busca muy cuidadosamente la guarida para tener su camada, y los cachorros se desarrollan muy rápidamente: a las 6 semanas son completamente móviles.
Su nombre se lo dio el zoólogo y naturalista francés Étienne Geoffroy Saint-Hilaire, en el siglo XIX, quien lo identificó como una especie distinta cuando lo estudiaba siendo profesor de zoología en París, Francia.