A 34 años de la sanción de la Ley 24.012 de Cupo Femenino, la legisladora rionegrina y secretaria de la Mujer de la UCR Nacional, Lorena Matzen, cuestionó la ausencia de mujeres en la nueva conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT). En un comunicado de prensa, afirmó que la renovación sindical “vuelve a mostrar una postal que duele y atrasa”.
La Ley de Cupo, impulsada por la diputada mendocina Margarita Malharro de Torres y aprobada el 6 de noviembre de 1991, fue, según recordó Matzen, “una conquista pionera en América Latina” que abrió la puerta al reconocimiento de la participación política de las mujeres. Sin embargo, señaló que más de tres décadas después, “el sindicalismo argentino demuestra que esa lección aún no fue aprendida”.
Matzen, criticó la composición del acto de proclamación de autoridades de la CGT: “Un escenario repleto de varones, los mismos apellidos de siempre, repartiéndose poder sin abrir espacio a la diversidad ni a la igualdad”. Remarcó además, que en los lugares centrales de la conducción “no hubo ni una mujer, ni una sola voz femenina en la toma de decisiones”.
“El movimiento obrero, que nació para luchar contra la injusticia, hoy reproduce las peores formas del machismo institucional”, aseguró. En ese marco, destacó el rol de las trabajadoras en la vida cotidiana del país: “Sostienen hospitales, escuelas, fábricas, oficinas, cooperativas y barrios enteros. Sin embargo, siguen ausentes en las listas, en los atriles y en las fotos del poder sindical”.
Planteó que la CGT habla de “unidad”, pero que esa unidad “excluye a la mitad del país”, y se preguntó: “¿A quién representan si no escuchan a las mujeres que todos los días ponen el cuerpo y el alma en el trabajo?”
En otro tramo del comunicado, sostuvo que “no hay justicia social sin igualdad de género” y que “no hay movimiento obrero sin mujeres”. Para la legisladora, es momento de avanzar hacia cambios profundos: “Hace 34 años, Margarita Malharro y un grupo de diputadas valientes rompieron el cerco del silencio. Hoy toca romper el del sindicalismo”.
Finalmente, Matzen afirmó que las trabajadoras “ya no deben pedir permiso” y que exigen “participación, respeto y paridad también en los sindicatos, donde la lucha de las mujeres también importa”. En su cierre, definió que “el sindicalismo que se encierra entre hombres no representa a todos los trabajadores, representa el pasado”, y concluyó: “El futuro, aunque se resistan, es paritario”.


